Lo único que tienes que hacer es;

Marinar unos días antes los tomates secos, de los buenos, con aceite de oliva virgen extra. Y muchas especies secas como tomillo, orégano, anís y basílica.

Es importante que los tomates queden totalmente cubiertos por aceite. Lo que los va a preservar mucho tiempo fuera del frigorífico.

Déjalo marinar como mínimo una semanita.

Para elaborar la masa, tienes que añadir la harina de espelta en un bol y marcar un volcán con los dedos. En su centro, añades una pizca de sal, lo llenas de agua y empiezas a integrar lo seco con el agua, con los dedos índice y corazón.

Una vez tengas la masa integrada, bien moldeable y no pegajosa, sin ser seca, es momento amasar estirando el gluten. ¡Notarás algunas burbujas, que serán fabulosas! Sigue el proceso unos 5 minutos.

Deja la masa de lado un momento y elabora el pesto de pistachos. Añade los pistachos, el aceite, limón exprimido y sal, en una trituradora. Procesa, pero no demasiado, el pesto debe seguir manteniendo consistencia. ¡Notar el bite!

Calienta una sartén a fuego rápido. Sin añadir aceite. Haz una bolita de masa de unos 50 g, con un rollo de mano, amasa hasta que quede bien fina. Añade la masa a la sartén y espera unos segundos hasta que cambie de color y empieza a hincharse. Luego dale la vuelta y déjala tostar unos minutos más.

Rellena la pizza con cucharaditas de pesto, tomates secos, feta de coco, semillas y rúcula fresca. Así como ves en la foto. Aliña con el mismo aceite de los tomates.

¡Buen provecho!!!!